lunes, 28 de octubre de 2013

Pasos en tu camino a la libertad (Parte dos)


Aceptar lo que es
Un montón de energía y poder personal se ocupan en resistirse a lo que ya es. La mente cree que para cambiar lo que no le gusta necesita quejarse, lamentarse, enojarse e ir en contra. Tu insatisfacción con la vida es parte de esta resistencia. Una parte de ti cree que si aceptas las cosas como son quedarás atrapado en tus circunstancias. La realidad es que esta resistencia es no sólo inútil sino contraproducente. La energía utilizada en resistirse y en crear infelicidad, bien puede usarse para buscar soluciones y respuestas.
Aceptar no es resignarse, es más bien dejar de crear sufrimiento. Es cuando dejamos de resistirnos que abrimos la puerta a la creatividad.

Aprender a estar solo
Cuando tienes centro disfrutas de tu propia compañía, la pasas bien contigo mismo y no tienes esa imperiosa necesidad de estar con alguien. Si sabes estar sólo puedes ser auténtico y expresarte libremente en tus relaciones sin miedo al rechazo o al abandono.
Crear un centro en ti te permitirá poner límites en tus relaciones, lo que es un requisito indispensable para ser respetado y tomado en cuenta.

Atreverte a sentir
Detrás de los roles y juegos manipulativos está el miedo a sentir. Mantenemos nuestras relaciones superficiales por miedo a hacer contacto con el otro y a que descubran lo que realmente pensamos y sentimos. Lo que hay detrás de las adicciones es también el miedo a sentir.
Si te atreves a sentir y a mostrarte, vas más allá del ego y lo superficial hacia tu ser auténtico, hacia tu centro. En lo externo, mostrarse vulnerable puede confundirse con debilidad, sin embargo, fingir, compensar y aguantarse vienen del miedo y por lo tanto son en realidad muestras de debilidad.

Atreverse a sentir es ir hacia adentro, más allá de la máscara. Todas tus emociones son manifestaciones de quien tú eres y si les das espacio a que sucedan te permites conocerte de verdad.

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