He aquí siete recomendaciones para ayudarte a trascender esas
arraigadas ideas de la vanidad. Todas ellas están destinadas a evitar que te
identifiques en una clave falsa con el ego y la vanidad.
1. No te sientas ofendido.
La conducta de los demás no es razón para
quedarte inmovilizado. Lo que te ofende solo contribuye a debilitarte. Si
buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontraras cada dos por tres.
Es tu ego en plena acción, convenciéndote
de que el mundo no debería ser como es. Pero puedes convertirte en degustador
de la vida y corresponderte con el Espíritu universal de la Creación. No puedes
alcanzar la fuerza de la intención sintiéndote ofendido.
Por supuesto, actúa para erradicar los
horrores del mundo, que emanan de la identificación masiva con el ego, pero
vive en paz. Como nos recuerda A Course in Miracles [Curso de milagros]: La paz
es de Dios; quienes forman parte de Dios no están a gusto salvo en su propia
paz».
Sentirse ofendido crea la misma energía
destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la
guerra.
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