Muchos de los lectores de mis anteriores artículos
me han preguntado sorprendidos la razón por la que un empresario de la
confección escribe libros y da cursos de Programación Neurolingüística,
Coaching y de Crecimiento Personal. Y la
respuesta siempre es la misma: «¡No soy una profesión, soy una persona!». Tras
mi explicación, se quedan pensativos y no demasiado convencidos, o eso creo.
Hoy les ofrezco a todos ellos una respuesta más
elaborada: Estos artículos para la Prosperidad.
Escritos con un enfoque en el que lo material y la espiritualidad se dan la
mano, se reconcilian ante quienes puedan creer en su conflicto.
En esta travesía, los lectores podrán descubrir que
la realidad es un reflejo de la calidad de sus pensamientos. Y también que la
prosperidad es un estado muy amplio que abarca todo tipo de abundancia:
espiritual, mental y material. Comprenderán que lo que mejora todas las
situaciones es utilizar las cosas y amar a las personas, y no a la inversa:
amar las cosas y utilizar a las personas, como sucede con demasiada frecuencia.
Algunos amigos se comportaron como unos magníficos
maestros para mí y provocaron estos artículos, al hacerme reflexionar
sobre la mentalidad que hay detrás de la
necesidad y la escasez, la prosperidad y la abundancia.
Cierta mujer que conocí -adorable y generosa- era
capaz de conseguir toda clase de ingresos extras para pagarse sus caprichos y
llevar una vida desahogada en apariencia; sin embargo, en el fondo sufría, pues
no le llegaba el dinero para pagar la hipoteca de su casa, de la que siempre
debía varias mensualidades.
Un amigo muy estimado de mi parte, -abrumado por la responsabilidad-, del que yo
sabía que tenía grandes cantidades de dinero en el banco y varias propiedades
inmobiliarias, llevaba una vida bien fregada: ¡Su mentalidad no reflejaba ni
remotamente esa riqueza!
Ambas personas sufrían cierta insatisfacción debida
a la contradicción entre su representación interna y su situación externa. De
aquella mujer pobre que se creía rica y de ese hombre rico que
se creía pobre, aprendí que la prosperidad es un estado mental.
Este
contenido es para todas las personas que viven en una situación semejante. Y
también para aquellos lectores que pensaban que llevar una vida espiritual -al
margen de la profesión- no era posible aquí y ahora, dentro del complicado
estilo de vida de nuestra sociedad cuando, en realidad, es lo que más
necesitamos.
Coach. Manuel Morin
Mañana
continuamos con el primer tema. Imprímelo si lo crees prudente. Colecciona los
artículos y harás con ellos un Manual para la Prosperidad.
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