Para triunfar en la
vida, hay que buscar incansablemente y antes que todo, nuestro SER, y entregar
la vida para ser nosotros mismos, jamás
sacrificar nuestra vocación para complacer a alguien, a pagar el precio que la
vida impone, para lograr nuestra propia realización.
Entonces lo primero que
tienes que hacer es estar interesado por la vida, tienes que interesarte por
aquello que te cautiva, por aquello que te atrapa, que te jala, que te atrae, que
te hace que te levantes de la cama, tienes que atreverte a estar interesado.
El decir estar
interesado parece como si fuera malo
porque confunden la ésta palabra con “la codicia” pero nada tiene que ver una
con la otra.
¿Sabes quién ha hecho
la historia de la humanidad?
¿Alguna vez lo has
pensado?
…Precisamente, los
interesados, esos que han arriesgado la vida misma por ver realizados sus sueños,
simplemente como un ejemplo: imagínate a aquellos que se atrevieron a abrir un
cuerpo humano en 1500, cuando eso estaba penado con la hoguera y la excomunión, porque se consideraba al cuerpo
humano como “El templo del Espíritu Santo” estos hombres estaban tan
interesados en explorar los misterios del ser humano y gracias a ellos tenemos
hoy la anatomía, gracias a ellos la medicina ha evolucionado, sin ellos jamás
hubiéramos avanzado.
Otro par de interesados
sin remedio, incansables, terriblemente interesados, fueron los hermanos
Wright, pioneros de la aviación, estaban interesados en volar, buscaron apoyos
en el gobierno y se los negaron, aduciendo que volar solo estaba destinado para
los pájaros o para los ángeles, su gran interés los llevó a perseverar en su
proyecto, y cuando lo lograron todos se dieron cuenta de las dimensiones de su
proyecto.
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