Los que no se entregan a las tretas de su ego son libres, porque ven el bien en todos. Son naturales. Son Felices. No juzgan, no critican, no condenan, no atacan y después no se lamentan. Eso se llama Perdón, una vieja palabra incomprendida, que te salvará de los juicios terribles de tu ego, hacia ti o hacia otros. Perdonar es liberarse del miedo que el ego implanta en ti como arma frente a los demás. No seas como “el caballero de la armadura oxidada”, deshazte del miedo y vuelve al amor, reconociendo y desarmando a tu ego. Por cierto, que es un buen libro que te recomiendo para conocer mejor a tu ego.
Las relaciones fluyen cuando el ego está desactivado por tu vigilancia sobre él. Eso y no otra cosa es estar “presente”, en el aquí y ahora. Tener “Presencia” es observar en todo momento a tu ego. Es cuestión de práctica. Uno es libre y feliz cuando no cae en las garras de su ego. No mantiene intereses ocultos, ni usa las relaciones personales para los intereses mundanos del propio ego.
El ego puede crecer muchísimo si no lo identificamos y erradicamos. Te puede hacer girar en torno a él como a una peonza. Lo comprobarás pronto cuando sepas identificar a otros egos. Ten cuidado. Es muy listo, porque está leyendo esto contigo. El ego está en ti, pero a partir de ahora puedes evitarlo. ¡Cuando lo descubras actuando a través de ti puedes llevarte una gran sorpresa! Después lo confirmarás cuando lo veas en otros, asomando tímida o abiertamente.
Liberarte de él ha sido siempre el fin de las religiones y filosofías de todos los tiempos. Pero el ego se entrometió y las volvió rancias e inútiles. Conocerlo es la clave para entender muchas de ellas y alcanzar el fin que propugnan. No minusvalores esta información que te doy. Por supuesto que no es sólo mía. Es sabiduría de todos los tiempos, la cual yo extraje principalmente de “Un Curso de milagros”. Un libro incomparable, te lo recomiendo. Cuando comprendas a tu ego, lo verás en todas partes, trabajando duramente sobre éste mundo. Alcanzar la liberación quiere decir liberarse del ego, de tu ego.
La leyenda de Narciso es una forma sabia de recordarnos el peligro de vivir enfocados en nuestro ego, atrapados por él. La mayoría de las personas vagan por el mundo en ese estado, por eso se dice que están dormidas. No se disocian de su ego, y es eso lo que trae los problemas. Narciso estaba enamorado de sí mismo, o sea, vivía para su ego. El no lo sabía y, por tanto, se confundía con él: como tú y yo hasta hace poco. Todo lo que hacía Narciso era alabar, cuidar y proteger a su ego, es decir centrase en lo que creía ser. Sin serlo.
Murió ahogado por él, asfixiado de sí mismo, por ser ignorante de Quien Era El en realidad. No busques las relaciones humanas para engrandecerte, experimentar, o proteger a tu ego. Eso te llevará a la ruina moral. Búscalas para tu Espíritu y volarás por cielos maravillosos de Paz. Identificar a tu ego y desentenderte de él te facilitará las relaciones humanas más felices y gratificantes que jamás imaginaste. Nunca pensarás mal de ti, ni por lo tanto de otros. Serás libre como las aves del cielo, y sobre todo…¡feliz!
El ego es el Gran Seductor. Utiliza sus juegos y artimañas para conseguir sus fines, y los blanquea para que parezcan legales o lícitos. Ten cuidado o te engañará. No tengas miedo en tus relaciones, simplemente ama. Ama todo el tiempo, y perdona siempre. Eso desactiva a tu ego, y disuelve sus intereses, a veces recónditos. Sé que esto no es fácil de hacer, pero era porque no comprendías lo atrapado que estabas por tu ego. Ahora ya lo comprendes, y espero que a partir de hoy, te liberes paulatinamente de tu enemigo interno, el invisible e implacable ego. Tu otro yo, que has confundido con tu verdadero Yo.
Gracias por haber llegado hasta aquí y que tengas un nuevo día a partir de hoy.
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