EL EGO
Y EL ESPIRITU
A la inmensa mayoría de las personas no les
(nos) interesa "lo que es", sino "cómo se ven" o, qué
calidad de imagen proyecta. Les interesa la imagen más que la objetividad. Y así,
el hombre de la sociedad se lanza a participar en esa carrera
de las apariencias, en el típico afán de
'quién engaña a quién', de cómo lograr mejor impresión. El mundo es un
inmenso estadio en el que "el orgullo de la
vida" juega un gran match de las etiquetas, formas
sociales y exhibiciones económicas para competir por la
imagen social, un combate en el que a los seres humanos no les interesa
ser, sino parecer.
EL ESPÍRITU Y EL SER
El Espíritu siempre ha sido esquivo.
Hemos sido esquivos (as) al Espíritu: "eso son cosas de locos",
dicen los materialistas. El Ser - o Espíritu -, nos sostiene a todos, es
nuestra fuente de aliento y vida y, sin embargo, es algo sobre lo cual
nuestros padres nos enseñaron muy poco. Juan nos dice: "Ya estaba en
el mundo, este mundo que no lo reconoció. Vino a su propia casa y los suyos
no lo recibieron".
Una antigua escritura de la India nos dice sobre el Espíritu, lo
siguiente: " Un cuchillo no Lo puede cortar, el agua no Lo puede mojar, el Viento
no Lo puede alejar, el sol no Lo puede secar".
Cada molécula del universo
esta llena de Ser; cada pensamiento, cada trozo de información que nos
llega a través de los cinco sentidos no es otra cosa que Ser. Pero podemos
pasar por alto al Ser porque este mantiene un silencio total, como un
maestro coreógrafo que nunca participa en la danza. En verdad, El siempre
existió y existirá. Sólo necesitamos apertura para estar "en espíritu"
o, inspirados.
EL EGO Y EL YO
Así como hay dos polos en un imán, uno
positivo y uno negativo; las personas también cargamos con dos personajes
en disputa; uno de ellos es el que se afana por el éxito material y el
otro que aspira a elevarse espiritualmente. La descripción brindada por
Sogyal Rinpoche en la obra "El libro tibetano del vivir y del
morir" explica a las mil maravillas este descubrimiento: "Dos personas
han estado viviendo en ti durante toda tu existencia. Una es el ego:
charlatana, exigente, histérica, calculadora; la otra es el ser espiritual
oculto, cuya queda y sabia voz has oído y atendido sólo en raras
ocasiones".
EL EGO O LA MÁSCARA SOCIAL
La pequeña palabra
"ego" ha tenido varios significados. Para la escuela freudiana
es "el aspecto consciente de la psique que decide entre los instintos
básicos del ello y la
moralidad del superyo":
Definición
muy académica. El estereotipo de este modelo suele ser varón. La persona
con "problema de ego" se considera que es jactanciosa, egoísta, desdeñosa,
vanidosa y, por lo general, desagradable, o también, la persona dedicada
al odio, la malicia y la destrucción. También se ha considerado al ego
como algo que está dentro de nosotros, controlando nuestra vida cotidiana,
presionándonos para que mostremos una "buena imagen".
Atención:
Se puede ser altruísta y bondadoso para mostrarse ante los demás... y eso también
es ego.
Para los fines que nos proponemos, sugerimos otra definición del
"ego": "Consideremos al ego como la idea que cada uno de
nosotros tiene de sí mismo. Es decir, que el ego no constituye mas que una
idea, una ilusión, pero una ilusión que ejerce gran influencia".
Nadie ha visto al ego. Se trata más bien de un fantasma que aceptamos que
controle nuestra vida. El problema es que mantener esta ilusión
puede impedirle conocer su verdadero yo, su esencia espiritual.
Opinamos
que el ego es una disposición del pensamiento errónea que intenta presentarle
como a usted le gustaría ser, en lugar de cómo es en realidad.
En esencia,
el ego, la idea de uno mismo, la máscara, el papel que estamos desempeñando;
supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. A esta máscara
social (el ego) le gusta la aprobación, quiere controlar situaciones y
personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor.
SUGERENCIAS
PARA SUPERAR EL EGO Y ALCANZAR LA CONCIENCIA SUPERIOR
Las siguientes
sugerencias le ayudarán a ponerse en contacto con el ego y superarlo:
*
Intente conocer su ego y determinar cuando su ego influye y domina su
vida. Pregúntese: ¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?.
A
medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del
egocentrismo y entrar en la conciencia superior.
* Comience a llevar la
cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre "yo". Al no
centrarse en su propia persona estará superando el ego.
* Comience a
considerar su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito.
Es invisible y siempre está a su lado.
Trata de convercerlo de que usted está
separado de Dios, de su superioridad respecto de otros, y de que es
"especial". El quiere que usted se sienta ultrajado cuando
recibe un trato incorrecto, cuando lo insultan, cuando no lo acarician;
ofendido cuando no sale con la tuya, herido cuando pierde en una competición.
Primero conoce a esta entidad. Luego se percata de que está obrando en
usted. Por último, se libre de ella.
* Escuche a los demás y no se centre en
sí mismo. Durante las conversaciones, concéntrese en lo que la otra persona está diciendo
y en lo que siente. Luego responda con una frase que empiece por "tú, usted".
Esto se denomina escucha activa. Es una manera de contener el ego y permitir
que participe el yo espiritual.
* Resista el hábito de permitir que el ego
domine su vida.
Cuanto más se resista a permitir que su ego sea quien controle
su vida, más pronto llenará el espacio que antes ocupaban las exigencias
de su falso yo.
* Practique la meditación diaria o el acallar su mente
para deshacer la ilusión de que está separado del universo y que todas las
almas son extensiones de la energía de Dios. Comenzará a tratar a los demás
como le agradaría que lo tratasen a usted. Se sentirá conectado con todo y
con todos.
* Trate de borrar de su mente la palabra "especial".
Especial implica mejor que, o más importante que. Niega que Dios habita en
cada uno de nosotros. Todos somos especiales a los ojos de Dios: por lo tanto,
nadie necesita la etiqueta de "especial". No hay favoritos. No se relega
a nadie.
Todos somos Uno.
* Escriba un diario. Trate de describir en que le
beneficia sentirse ofendido. Lo que lo ofende es obra de su ego. No
pretenda que el mundo debería ser como usted es y no como en realidad es.
*
Dé más de sí mismo y pida menos a cambio. León Tolstoy, pasó de ser un
egocéntrico a ser un servidor de Dios, luego de aprender muchas lecciones
y pasar por tribulaciones. Y escribió lo siguiente: "El único significado
de la vía es servir a la humanidad". Sea quien acaricie. Sea quien da
cariño.
* Recuérdese cada día que el más alto culto que puede rendísele a
Dios es servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo espiritual se sentirá
realizado.
* Ponga fin a la búsqueda externa de la libertad y conozca el sabor
de la auténtica libertad que es la comunión con su yo espiritual.
La auténtica
libertad no necesita nada para demostrar su existencia. Sólo siendo auténticamente
libre podrá amar, porque no existe amor sin libertad. La falsa libertad
exige que tenga a la mano algo que dé fe de su existencia
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