Tus
reglas y códigos morales son externos
Los sigues solamente por medio del
castigo o por la promesa de un premio. No hay en ti un sentimiento de
integridad para guiar tus acciones ni la confianza de que bastan tu
inteligencia y tu corazón para decidir que es correcto y que no es digno de ti.
No puedes
honrar tus compromisos.
Sin una identidad propia no hay
coherencia en lo que piensas, dices y haces. No puedes cumplir tus promesas
porque no hay nadie ahí que respalde lo que dices, tus palabras son cheques sin
fondos. En la noche decides algo, en la mañana ya cambiaste de opinión y para
la tarde ya no recuerdas lo que habías decidido. No es que mientas, lo que pasa es que tus verdades son de corto plazo.
No tienes disciplina ni la
posibilidad de llevar a cabo tus proyectos; no hay nadie ahí dentro que le dé
seguimiento a lo que te propusiste. Y por último…
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