Ok, ¿Qué ha pasado?
¿Qué acabas de descubrir?,
¡Exacto!
¡Acabas de comprobar lo maravilloso que eres!
¿Quién pone las barreras de tu vida?
¡Por supuesto, que tú
mismo!
¡Claro que sí!
Entonces… no tenemos por qué culpar de nuestros resultados a
Juan, a Paco, a Luis, a Pedro, a Lupe, al maestro, a tus padres… ¡A nadie!
¡Los únicos responsables de nuestros resultados, somos
nosotros mismos!
Entonces no le aticemos más a la conformidad y a la
mediocridad, seamos genuinamente nosotros y vivamos intensamente una vida de
poder personal, has que te sientas orgulloso de ti mismo.
Déjame compartirte que después de que me puse a pensar en todos aquellos intentos
de cambio, que había hecho y de todas formas no lo lograba, es que en verdad
¡No sabía cómo hacerlo! Yo tenía toda la fuerza de voluntad necesaria, pero
volvía a caer en lo mismo, en ocasiones
inclusive me desesperaba y buscaba consejos, desgraciadamente no con las
personas adecuadas y lo único que conseguía era que me confundieran más.
Por ejemplo, buscaba ayuda entre las personas que tenían los
mismos problemas que yo, sin darme cuenta que por eso vivían igual o peor que
yo mismo, porque… ¡Tampoco sabían
cómo solucionarlo!
¡Nadie da lo que no tiene!
Hoy, veo a muchas de
esas personas en un terrible fracaso, pobres y enfermas, algunas… ya murieron.
Yo estoy muy agradecido con ellas, porque quisieron ayudarme
sin tener la capacidad o las estrategias para hacerlo. Solo contaban con su
buena voluntad.
No sé si te ha pasado alguna vez que, te hayas encontrado
con una de esas personas que tienen una vida destrozada y miserable, sin
sentido, sin saber siquiera quiénes son, ni a dónde van, mucho menos qué
quieren lograr para ellos mismos… ah… pero eso sí… quieren arreglar otras
vidas, cuando no son capaces de arreglar la propia.
Bueno, pues precisamente era a ese tipo de personas a quienes yo acudía a pedirles consejo para una
vida mejor; aunque yo no se los pidiera,
ellos me los daban echándome a perder todavía más mi calidad de vida porque yo
les creía.
Yo quería cambiar malos hábitos que me estaban destruyendo
físicamente como el alcohol, esa manera tan pobre y agresiva para comunicarme
con mi familia, las carencias económicas con las que vivíamos, mi forma
soberbia y altanera con que trataba a los demás, pensando que “yo todo los
sabía”… el miedo paralizante de no saber qué hacer con mi vida… y un sin número
de actitudes que sólo hacían más profundo aquel sufrimiento callado que no era
capaz de aceptar por el miedo al ridículo y
al qué dirán.
Así pasaron muchos años, hasta que un día conocí una linda
señora llamada Paulina en la ciudad de Querétaro, con la cual tenía relaciones
de trabajo y un día en confianza platicando, hablamos de mi vida, a lo que me contestó:
“Que pena que tenga que vivir de este modo. Vamos a un
seminario, yo lo invito, mire, tal vez esto le puede ayudar”.
¡Acepté, que caray!
Lo que yo buscaba en aquel momento eran soluciones.
Ese día mi vida tomó un giro para siempre, recuerdo que el
conferencista insistía mucho a los asistentes, “si quieres triunfar en la vida,
tienes que prepararte para el éxito, tienes que aprender de los triunfadores,
prepárate recuerda… lo decía una y otra vez, libros, seminarios y casetes de
motivación, libros, seminarios y casetes de motivación, libros, seminarios y
casetes de motivación y eso fue como un mantra para mí, como una receta inicial, libros seminarios y
casetes de motivación.
Al salir de aquel seminario, le agradecí profundamente a la señora Paulina por su generosa
invitación diciéndole:
“Señora Paulina: acabo de hacer un compromiso con mi vida,
ahora sí sé qué hacer y de ahora en adelante, no habrá nada, que me detenga”.
A partir de entonces, asistí a incontables cursos,
seminarios, conferencias, leí muchos libros, escuché también a la vez
muchísimas cintas de motivación, sobre todo fije mi atención en mi crecimiento
personal.
El día de hoy, puedo darme cuenta de lo equivocado que
estaba, pensaba que “ya lo sabía todo”,
presumía de mis títulos profesionales.
Así hay mucha gente, tienen
fama, títulos profesionales, maestrías,
doctorados, mucho dinero, grandes mansiones, autos de lujo, pero no son
felices, están solos, arrastran un gran vacío existencial y una enorme miseria
espiritual como yo en aquel tiempo.
El primer paso que di, fue aceptar que yo estaba equivocado,
que no lo sabía todo, que el conocimiento es infinito y que siempre hay cosas
nuevas y valiosas que aprender para vivir mejor, sin embargo, no bastaba
reconocer que estaba equivocado, me sentía muy disperso, porque no sabía a
dónde dirigía mi vida.
Una ocasión, recuerdo muy claro que no pude dormir, ya casi amaneciendo
entre amodorrado y dormido, recordé que para ir algún lado lo primero que debo
saber es, a dónde quiero ir y después emprender la acción.
Ahora, yo te pregunto a ti:
¿Tú sí sabes lo que
quieres lograr?
¿Sí sabes a dónde quieres ir?
¿Sabes exactamente a dónde quieres conducir tu vida?
Es probable que no lo sepas, pero yo quiero compartir
contigo, estos conceptos de Neuro-comunicación que utilizan los exitosos para
diseñar objetivos alcanzables, sustentables, medibles, no son sólo “sueños guajiros”, son de confiar en que se puede lograr, si pones
las acciones, no solamente son buenos deseos.
Muchas personas me han dicho:
Yo ya tengo plan para mi vida… y
¿Y cómo van tus resultados?
¿Qué tanto lo has puesto en acción?
mmm… no pues todavía no…
Y así pasan los años,
un día los alcanza el destino y se mueren y nunca pusieron las acciones… el resultado… nunca lograron lo que querían
para su vida.
Entonces… que no nos pase esto, nosotros somos inteligentes y bien podemos llegar a nuestras
metas, no permitiendo que nos pase aquello que les ha sucedido a esos seres,
que solamente han vivido de buenas intenciones
¡Pongamos las acciones ahora mismo!
¡Diseñemos objetivos confiables, medibles, mesurables,
alcanzables, que puedan ser el detonador, de tu nueva vida!
1.
Lo primero, es saber ¿Qué
es específicamente? Lo que sí quieres,
no lo que no quieres por ejemplo, hay quienes dicen: “ya no quiero estar
gordo”, en lugar de decir: “quiero ser delgado o ser más sano”, en otras palabras
debe estar enunciado de manera positiva, es muy importante que tu cerebro
reciba órdenes claras y precisas, porque se acerca más fácilmente a lo que sí
quieres, que a lo que no quieres.
2.
Segundo, debes tomar parte activa del proceso, la meta
debe estar razonablemente bajo tu control. Si tu objetivo depende de las tareas
que otros realizan, como tus padres, maestros,
la crisis, la enfermedad, etc., no es una meta bien estructurada.
3.
Tercero, debes diseñarlo
tan específico como te sea posible. ¿Qué es lo que verás, sentirás o escucharás
cuando lo logres? imagínatelo en su totalidad y descríbelo o escríbelo en
términos de ¿Qué es lo que quieres? ¿Cómo piensa lograrlo? ¿Cuándo vas a
iniciar? ¿En dónde o por dónde
comenzarás? ¿Quiénes participarán? ¿Cuál
es la razón que te mueve y para qué lo quieres conseguir? Cuanto más completa
tengas la idea de lo que deseas, a tu cerebro le será mucho más sencillo poder
ensayarla y advertir las oportunidades y estrategias para lograrlo.
4.
Otro punto importante es que debes tener una evidencia, es decir,
debes ir checando que vas por buen camino para lograrlo o también darte cuenta
si te estás apartando del buen camino, entonces… ¿Cómo sabrás que vas por buen
camino para conseguir ese objetivo? pues solamente siguiendo tus pistas, solamente
viviendo atento con los ojos abiertos, muy abiertos, las antenas bien puestas,
los oídos igual, para darte cuenta si vas por buen camino y si no, entonces
habrá que cambiar la estrategia.
5.
Es muy importante también
hacer un inventario de los recursos con que cuentas para conseguir ese
objetivo, tomando en consideración tus recursos internos, que son todo lo que
de ti depende como, la intensión, la capacidad, el empuje, el deseo sincero de
hacerlo y la decisión. También hay otros
recursos que son los externos, como
puede ser el apoyo de los demás, por ejemplo tus padres, tu pareja, tu familia,
la gente con que cuentas, tu casa, el coche, el dinero, todo lo que sea
material y personas, allí están precisamente tus recursos externos.
6.
Muy importante también es
que cheques el tamaño, porque si es muy grande entonces necesitas dividirlo en pequeños objetivos, que sean más
fácilmente alcanzables, por ejemplo, si te quieres comer una vaca… ¿Qué
tendrías que hacer? ¿Te la comerías entera o en pedacitos?, bueno esa es
decisión tuya, pero normalmente se dice que un problema, es un objetivo mal
planteado, recuerda que aún el más largo de los viajes se inicia con el primer
paso y sobre todo llevando una dirección correcta; acuérdate, debemos de saber
exactamente a dónde queremos llegar.
7.
El marco final que rodea la
elección y consecución de los objetivos, es checar la ecología. ¿Qué quiere
decir esto? … que tienes que vivir atento,
que lo que quieres lograr no dañe a nadie o a ninguna de las partes,
nadie existe aisladamente, todos formamos parte de un sistema mayor, la
familia, el trabajo, las amistades y la sociedad en general.
Entonces, siempre que
estemos frente una elección de objetivos debemos tomar en cuenta que va a ser
la mejor opción, que no vamos a causar daño alguno a ninguna de las partes;
fíjate que en ocasiones el trabajar un poco más, genera mayores ingresos por una parte, pero
es también descuidar a la familia por otra, entonces… ¿Cuál es el objetivo?
este tipo de cuestiones te deben llevar a revisar tu meta o cambiarla por otra
que te pueda brindar más o menos el mismo resultado sin afectar a los demás,
La historia más clara que tenemos es la de El Rey Midas, que
pidió que todo lo que tocará se convirtiera en oro, pronto se dio cuenta que
era un enorme riesgo, aun cuando tuviera una cuenta que era un enorme riesgo,
aun cuando tuviera una enorme fortuna.
Vamos a hacer un ejercicio:
Prepara papel, lápiz y dispón de unos minutos para disfrutar
de este momento, relájate y dedícale estos momentos a la persona más importante
de tu vida que eres tú mismo, haz los acomodos que tu cuerpo necesita, los
ajustes para sentirte cómodo y piensa sólo en lo que quieres lograr, también a
la vez te pediría que lo hagas mientras puedas con tus ojos cerrados y los abras
solamente para anotar las respuestas.
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