martes, 6 de agosto de 2013

La superación personal


¿Qué es la superación personal? Es una lucha continua con nosotros mismos por manteneros bien alineados en lo físico, en lo mental y lo emocional. Es algo que a diario hemos de perseguir.
Querido amigo, a continuación te presento una historia que será de un enorme valor para tu proceso de superación y desarrollo.
Mientras le ponía un poco de azúcar a mi café, en el cálido ambiente del restaurante, entro una fuerte ráfaga de aire helado al momento en que alguien abría la puerta. Esto me hizo reflexionar en lo cómodo que me sentía ahí adentro, mientras la nieve y el frio viento de la noche agobiaban a los que afuera se dirigían a sus casas.

Cuando mire a la puerta en forma instintiva, me sorprendió al ver la figura de Esteban, indiscutiblemente un hombre fracasado y mal vestido. Con un talento poco ordinario, como buen artista, había adquirido la filosofía de no darle importancia al dinero; por lo tanto, se sabía que siempre andaba con los bolsillos vacios. 
Al verlo, me admire. Lucia  mejor; aun mal vestido, se percibía algo nuevo en su mirada. Era común que todos  rehuyéramos su presencia  pues siempre  trataba de sacar provecho  de las personas: préstamos, comidas gratis, etc. Cuando menos lo pensé, ya se dirigía a mi mesa y sin pedir permiso, se sentó junto a mí. Mi sorpresa aumento cuando me pregunto: -¿Qué deseas cenar?, pide lo que quieras y no te detengas por el precio. Yo no salía de mi asombro, cuando el ya estaba ordenando el café para los dos. Con una sonrisa de seguridad me dijo: no te preocupes, yo pagare la cuenta.
Muy intrigado, le pregunte: -¿Acaso has heredado de un tío lejano?-
-No, encontré la respuesta a todos mis problemas- contesto con calma, acercando la taza de café a sus labios.
Después del primer sorbo añadió:
-Te noto sorprendido y no me extraña, porque yo mismo todavía no salgo de mi asombro. Ahora soy un hombre nuevo, diferente; ha sucedido un cambio drástico en  mi vida  en las últimas horas. ¿Cuántas veces me has visto  llegar aquí, sin dinero, “gorreando” una taza de café a la primera persona que veía? Yo se que por eso evitaste mi mirada cuando llegue, y  no es que no quisieras invitarme un café o la cena. La verdad es que tal vez no tienes dinero para hacerlo.
En ese momento llego el mesero y de inmediato Esteban le dijo:
_ ¡Permítame! Tomo la cuenta y, con plena confianza en lo que hacía, firmo ambas cuentas. Luego me miro a los ojos, en silencio y sonriente, disfrutando de mi expresión imposible de disimular.
-¿Conoces algún artista de mi línea que sea igual que yo?-
-no- respondí.
-¿Crees que haya algo en mi profesión que no pueda lograr, si realmente me dedico a ello?
-No, siempre has sido un buen reportero, por siete u ocho años.
-¿Habías visto que firmar cuentas y las carga al periódico donde trabajo?
- no. Nunca.

-¿sabes?, mañana inicia mi nueva carrera, tendré una jugosa cuenta de banco, gracias a que descubrí el secreto del éxito. 

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