- Necesito ahora que me des algo positivo- dije-
. Nada más te falta golpearme con un mazo en la cabeza.
-
Me encantaría poder hacer eso, no solo a
ti sino a todos. Despertarlos de una vez y hacerles ver que desperdician el
poco tiempo que tienen en puras estupideces: en hacer dinero, en lograr el
reconocimiento de otros, en tener prestigio social. Que por querer triunfar,
por querer encajar, por querer sobresalir, se traicionan a ellos mismos, niegan
su verdadera esencia se joden la vida.
- ¡¡¡Positivo por favor!!!
-
Muy bien, abre los ojos.
- No
te burles de mí.
-
Ha, ha, ha, lo siento. Me refiero a los ojos de tu mente. Ábrelos y observa lo
que hemos hablado hasta ahora. Encontraras muchas cosas positivas al dejar tus
creencias limitantes.
- Te sigo.
-
Hemos hablado de tu personalidad y cómo
se creó de forma arbitraría dependiendo de factores externos en los cuales no
tuviste participación. Dijimos que tu personalidad no eres tú, que es sólo la
superficie, la circunferencia. ¿Qué hay de positivo en eso?
- Qué yo soy algo más que impersonalidad.
-
¡Exacto! Mucho, mucho más. Pasando la superficie, hacía el centro de tu ser, se
encuentra tu esencia, lo que tú eres. Esa parte de ti está intacta y conserva su
belleza original. Todas las máscaras son feas, sin importar cuánto las pulas, las pintes
o las adornes, no dejan de ser algo artificial. Sin embargo, nuestro rostro
original es hermosísimo.
Nadie
ha podido tocar esa parte de ti. Si sufriste un abuso, una injusticia, una desilusión,
una tragedia, una infancia difícil, una traición. Tu esencia permanece
absolutamente pura y perfecta.
- ¿Y por qué la escondemos detrás de la máscara?
-
Porque te identificaste con lo externo, porque creíste que eso eras tú. Pero detrás
de la personalidad de todos hay un ser maravilloso que muy pocas veces se
muestra al mundo.
Bien,
los condicionamientos. ¿Qué dijimos de ellos?
- Que son como programaciones que seguimos
ciegamente. Es lo que se espera de nosotros por ser mexicanos o católicos o
capitalista o cualquier cosa que nos han dicho que somos.
-
Muy bien, ¿y lo positivo de darte cuenta de eso?
- Saber que no somos tampoco nuestros
condicionamientos.
-
Eres mucho más que lo que te han dicho que eres o lo que se supone que hagas. Si
puedes ver que hay un montón de cosas a las que respondes sin pensar, puedes
entonces dejar de hacerlo.
- ¡Podemos ser libres!
-
Solo si eres lo suficientemente consciente para notar la diferencia entre lo que
sale de ti y lo que es una costumbre o un condicionamiento.
Si
te sales de lo socialmente establecido, entonces se abre para ti un mundo de
posibilidades. Ya no tienes que seguir lo que dijeron tus padres ni esas metas
trilladas de la sociedad.
Más
allá del círculo de crecer, estudiar, tener familia, trabajar y ahorrar para la
vejez, hay un mundo maravilloso lleno de aventuras, gozo, éxtasis y belleza.
Y
aun si decides seguir un plan establecido por la sociedad, serás tú quien lo
haga. Nadie más estará decidiendo por ti ni estarás reaccionando como un robot
sin voluntad.
- Salirnos del molino y dejar de perseguir
la zanahoria.
-
Analizamos también cómo te pusieron en
contra de ti mismo. Cómo no solo no te amas, sino que te odias. Cómo inculcaron
en ti el auto desprecio, la negación y el rechazo de tu energía vital, de tu
sexualidad.
Te
condicionaron el amor, te compararon, te llenaron de miedos y dudas, te
traicionaron una y otra vez.
- Pues, me rehúso a seguir les el juego. ¡Me
niego a seguir en contra de mí mismo!
-
Eso es lo positivo de analizarlo todo: crear la posibilidad de elegir. No se
puede pelear en contra de la obscuridad, lo que se puede hacer es usar la luz de
la consciencia.
- Si nos damos cuenta de lo que hacemos
entonces no podemos ser tan fácilmente manipulados.
-
Así es. Cuando hablo de consciencia hablo de darse cuenta. De estar consciente
de lo que hacemos y de lo que nos pasa. No la confundas con esa conciencia que
te llena de culpa y arrepentimiento, esa también te la metieron en la cabeza
para controlarte.
- Pues ya empiezo a ver la luz.Analizar y
poner consciencia es hacerse responsable de lo que sequeda en nuestra cabeza y de
lo que queremos que salga.Si seguimos como borregos lo que nos dice la religión,
entonces somos manipulables, permitimos que nos metan un montón de basura y eso
es no respetarnos a nosotros mismos, traicionarnos por miedo al castigo
-
¡Ah que maravilla! Hablas como todo un
maestro. ¿Algo más?
- Nada más, lo de Dios es algo muy íntimo
lo quiero averiguar yo solo. No quiero que nadie me de ideas preconcebidas.
Quiero empezar de cero por mí mismo sin que nadie me quiera vender ideas de
dioses raros y mágicos. Apenas ahora surge en mí un deseo ferviente de
encontrar mi verdad acerca de eso. Sin que nadie me dé explicaciones que rayan en lo infantil y en lo mitológico.
No quiero seguir temiendo ni sintiéndome culpable, quisiera que mis actos sean
guiados por el amor y mi estado de alerta, no por lo que otros consideran bueno
o malo.
-
Ni hablar…
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