“El
camino al éxito no es tan largo como se cree”.
Blair
Singer
Todos los días escuchamos y leemos historias de personas que salen
de las profundidades de la mediocridad logrando fama y fortuna. En un parpadeo,
estas personas parecen tomar la decisión de “hacerla” y alcanzan el éxito
venciendo obstáculos tremendos. ¿Cómo lo logran?
En uno de mis seminarios, una mujer mayor se paro frente a un
auditorio con más de dos mil personas y, luchando contra su timidez y otros
impedimentos para hablar que había sufrido durante toda su vida, aspiro
profundo, se levanto erguida y dio un discurso que hizo llorar a todos los
presentes. ¡La energía irradiaba de todo su cuerpo! Ese logro formidable no
solo conmovió al auditorio, sino que la sorprendió a ella misma. Su vida cambio
para siempre. ¿Qué ocurrió?
¿Es posible un cambio tan repentino? ¿Puede suceder algo similar con
tu situación financiera, tu salud, tus relaciones, o para el resto de tu vida?
La respuesta es “si”, siempre y cuando aprendas a manejar tus
diálogos internos que escuchas en tu cabeza. ¿La conoces? Es la que acaba de
decir: “¿Cuál diálogo? ¡Yo no oigo ninguno!” ¡Esa misma! Todos la escuchamos.
Si eres como yo, probablemente oyes más de una. Las preguntas importantes
son: ¿Cuál de esas voces pertenece al yo real?, y ¿Cuál me permitirá alcanzar
el éxito que deseo?
Todos sin excepción, y esto te incluye, nacimos para ser grandes en
algo. La habilidad de reconocer y manejar las s que llenan tu cabeza es la
clave para ser formidablemente exitoso en todos los aspectos de tu vida.
Como autor, conferencista y empresario, he visto a miles de personas
desfilar por seminarios y programas de motivación. Muchos concluyen
momentáneamente inspirados, pero cuando pasa la euforia, el mundo real parece
aplastarlos de nuevo. Estos individuos salen de semejantes experiencias
motivadoras inspirados por la fortaleza y habilidad del conferencista para
vencer las adversidades, pero creyendoque de algún modo deben ser súper hombres
para alcanzar el éxito. O bien, piensan que sólo una terrible adversidad
personal, financiera, física o emocional, puede motivarlos con la fuerza
suficiente para triunfar.
¿Significa esto que debemos estar
arruinados para poder superarnos?, ¿que debemos tocar fondo para que nuestra
única opción sea mejorar?
Escuchamos miles de historias sobre instantes
que cambian la vida para siempre, y pareciera que un cambio positivo sólo es
posible después de un mar de desgracias o de alguna situación catastrófica.
Pero, ¿qué ocurre si nuestra historia es diferente, si somos, simplemente,
personas normales?
¿Debemos inventarnos desgracias para triunfar?
También están las personas con
inteligencia o talento inusitados: un gran atleta o un célebre pensador. Quizá
esta persona enfrentó momentos difíciles, pero su talento bastó para llevarlo
de la adversidad a la grandeza.
Tal vez creas que nunca has tenido una gran idea, o que no eres
capaz de lograr un triunfo deportivo, o que tu coeficiente intelectual es muy
bajo. Pues déjame decirte que eso es totalmente falso.
La premisa de este artículo es que el
camino al éxito no es tan largo como crees. A las personas se nos dificulta
medir distancias. La distancia al éxito es la que separa tu oído derecho del
izquierdo. No consta de meses, años ni décadas. El camino está en tu cabeza en
este instante, y para recorrerlo no necesitas más que saber manejar la que escuchas dentro.
Te desempolvará, te pondrá de pie, te dará
un abrazo o una patada -lo que sea necesario-, y mostrará tu resplandor. Este
libro está dedicado al espíritu que durante mucho tiempo ha esperado revelarse
dentro de ti y que está esperando su oportunidad para iniciar el vuelo.
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