Si usted no está familiarizado con la civilización contemporánea, si hubiera llegado desde otra época o de otro planeta, una de las cosas que lo sorprenderían es que millones de personas pagan por la fascinación de ver cómo los seres humanos se matan entre sí y provocan sufrimiento, diciendo que es por "entretenimiento".
¿Por qué las películas violentas atraen a un público tan
grande? Hay una industria enorme, parte de la cual se sostiene gracias a la
adicción de los seres humanos por la infelicidad. Es obvio que las personas ven
esas películas porque desean sentirse mal. ¿Qué es lo que motiva al ser humano
a querer sentirse mal y decir que eso es bueno? El cuerpo del dolor, por
supuesto. Buena parte de la industria del entretenimiento está dirigida a él.
Entonces, además de la reactividad, los pensamientos negativos y el drama personal,
el cuerpo del dolor también se renueva indirectamente a través del cine y la
televisión. Son cuerpos del dolor los que escriben y producen esas películas
para que otros cuerpos del dolor paguen por verlas.
¿Acaso siempre es "malo" mostrar y ver violencia
en la televisión y en las pantallas de cine? ¿Alimenta toda esa violencia al cuerpo
del dolor? En la actual etapa evolutiva de la humanidad, la violencia no
solamente es generalizada sino que va en aumento, a medida que la vieja
conciencia egotista, amplificada por el cuerpo colectivo del dolor, se
intensifica antes de su muerte inevitable. Si las películas muestran la
violencia dentro de su contexto más amplio, si muestran el origen y las
consecuencia de esa violencia, si muestranlo que le hace a la víctima y también
al victimario, si muestran la inconsciencia que está detrás de ella y que se
pasa de generación en generación (la ira y el odio que viven en forma de cuerpo
del dolor en cada ser humano), entonces las películas pueden desempeñar un papel
fundamental en el despertar de la humanidad. Pueden ser el espejo en el cual la
humanidad vea reflejada su locura. Aquello que reconoce la locura como tal
(aunque sea la propia) es cordura, es el despertar de la conciencia, es el fin
de la demencia.
Esa clase de películas existen y no alimentan el cuerpo del dolor.
Algunas de las mejores películas contra la guerra son aquellas que muestran su
realidad en lugar de una versión idealizada de la misma. El cuerpo del dolor solamente
se puede alimentar de las películas en las cuales la violencia se presenta como
un comportamiento normal y hasta deseable, o que glorifican la violencia con el
único propósito de generar emociones negativas en el observador y convertirse
así en una "cura" para el cuerpo adicto al dolor.
Los tabloides no venden principalmente noticias sino emociones
negativas: alimento para el cuerpo del dolor. "Indignación general",
grita el titular a tres pulgadas, o "Desgraciados". Los tabloides británicos
son verdaderos maestros en esto. Saben que la emoción negativa vende muchos más
periódicos que las noticias.
Los medios noticiosos en general, incluida la televisión,
tienden a prosperar a base de noticias negativas. Mientras más empeoran las
cosas, más se emocionan los presentadores y, muchas veces, esa emoción negativa
es generada por los medios mismos. A los cuerpos del dolor sencillamente les
encanta.
(Una Nueva Tierra, Eckhart Tolle)
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