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viernes, 14 de octubre de 2016

¿Qué te paraliza?



¿Qué es todo eso que te paraliza?
·         ¿El miedo al rechazo?
·         ¿Al éxito?
·         ¿Al fracaso?
·         ¿Al qué dirán?
·         ¿A la crítica?
·         ¿A cometer errores?
·         ¿A estar solo?

¡Es momento de romper las cadenas que solo tú te has impuesto!

A lo único que le deberías tenerle miedo es a no ser tú mismo, a dejar pasar la tu vida sin hacer lo que quieres, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte de que estás hecho, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes. Tú eres parte de la vida y como todos, puedes caminar con la frente en alto. 

Los errores del pasado alla se quedaron y los del futuro serán perdonados. Date cuenta de que nadie lleva un registro de tus errores, solo tú mismo.

Quién crees que es el juez que te reprocha, el verdugo que te castiga, el mal amigo que siempre te critica, 

¡Eres tú mismo! 

Ya liberate, ya perdonate, sólo tú puedes lograrlo.


jueves, 13 de octubre de 2016

La auto-observación para estar en Consciencia




La observación es la clave partida lograr el despertar de la Conciencia. No debemos confundir los términos "pensar" y "observar".

Pensar es un estado activo. Al pensar se crea, se discurre se reflexiona, se considera, se compara, se juzga, se decide, se escoge y se llega a conclusiones.

Observar es un estado pasivo. Cuando se observa, uno se convierte en el testigo de sus propios actos, hay silencio interior, se examina todo con atención y se mira sin juzgar. Cuando uno logra un estado de observación más profundo se entra a un nivel de contemplación y paz.
Al estar observando, se calla el parloteo de la mente, porque tenemos puesta la atención en observar lo que ocurre en ese momento.

La observación nos permite conocernos, la atención se centra para darnos cuenta de que es lo que pensamos, que es lo que sentimos y como actuamos.
Es importante entender que cuando se observa, no se juzga. Sólo se está recabando información que nos va a ayudar.

Aprendemos más de la observación que de las experiencias que vivimos.

Para poder cambiar algo en ti, debes saber qué es lo que está pasando, razonarlo, ubicarlo en el presente y definir la intención para poder trabajar.

Cuando la atención está despierta y algo nos perturba, de inmediato debemos parar y dejar de juzgar o juzgarnos, para conocer el origen de ese malestar, enfrentarlo y preguntarse: ¿qué debo aprender de esto y qué es lo que debo cambiar para poder volver a equilibrarme?

Todo aquello negativo que proviene del resultado de los pensamientos inconscientes y de las creencias falsas con las que nos manipulan de manera colectiva todas aquellas instituciones que manejan el poder en el mundo, incluyendo y usando el temor para dominarnos.

Si queremos sentir a Dios dentro de nosotros, debemos concentrarnos en todo lo que es bueno, porque Dios está en lo que es bueno, no en el resentimiento o en la preocupación.

Cuando algo nos agobia o angustia, entramos en el espacio divino que existe en nosotros y de inmediato llegarán el consuelo y la paz. Desde ahí se puede ver con claridad la solución de los problemas.

Para nosotros no existen los imposibles, ya que somos pequeñas Chispas de Dios.

Primeros pasos para observarme
1. Darme cuenta de lo que estoy pensando.
2. Darme cuenta de lo que estoy sintiendo.
3. Darme cuenta de cómo es el entorno en el que estoy viviendo.
4. Darme cuenta, de lo que estoy haciendo y decidir a dónde quiero ir 
5. Darme cuenta de las personas que viven y actúan a mí alrededor.
6. Darme cuenta del diálogo interno que mantengo conmigo mismo, para saber qué es lo que me repito constantemente en silencio. (Esta actitud te induce a actuar de manera positiva o negativa, pues le estás dando órdenes, a través del pensamiento, a tus células, a tu cuerpo que reacciona y a tus emociones).

Recordatorio
No te vuelvas a distraer, porque caerás dormido de nuevo.

¡Obsérvate!
¡Siéntete!
¡Escúchate!

miércoles, 12 de octubre de 2016

Profundizando sobre la consciencia




Todos los seres humanos somos como Pinocho. Todos podemos escuchar esa vocecita interior que intenta mantenernos despiertos y atentos ante todo lo que nos sucede en la vida, y digo "nos sucede", porque la mayoría de las veces no estamos conscientes. Actuamos como robots, manejados sólo por los hábitos, ignorando que tenemos el poder suficiente dentro de nosotros mismos para crearnos experiencias agradables, saludables y felices. Si usáramos la voluntad para generar pensamientos, sentimientos y actitudes positivos, entonces seríamos los verdaderos creadores de nuestras experiencias.

El grillito del cuento busca que Pinocho se dé cuenta de todo lo que hace, lo obliga a que se recuerde a sí mismo, que se observe, que se sienta, que esté despierto, que esté consciente para evitarse problemas y sufrimientos, pues si se deja llevar por los impulsos de sus instintos como un animalito y se sumerge en los sueños que provoca la inconciencia, tendrá que pagar precios muy altos de sufrimiento y dolor con decepciones y descalabros.

Nosotros también debemos trabajar en la atención y en la observación de nosotros mismos, para poder darle el rumbo correcto a nuestra intención de vida y lograr así realizar nuestras metas con armonía y paz.

¡Nunca es tarde para empezar; comienza hoy!


martes, 11 de octubre de 2016

¿A qué te mantienes atado?



 A que te has mantenido atado, que no te deja avanzar en lo que sueñas, revisa que te ha mantenido atado:

¿A las heridas que recibiste cuando eras niño?

¿A tus traumas de la infancia?

¿A lo que los demás han decidido que fueras?

¿A esa relación que no te satisface?

¿Al trabajo que en lugar de disfrutar, lo sufres?

¿A todo eso que representa rutina de tu vida?


¡Liberate Ya! 

¡Suelta ya ese costal que llevas a cuestas, en que el guardas todo ese resentimiento, el rencor y la culpa!

Deja ya de culpar a tus papás, a tus maestros, a tu vecino, a tus hijos, al gobierno, a tu pasado a Dios,  por lo que no marcha bien en tu vida. El único responsable de lo que te pasa eres tú.

Cada día tienes la oportunidad de empezar otra vez y siempre es tiempo de volver a comenzar. 

Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo, tienes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida. 

La responsabilidad es toda tuya. 

Tu felicidad no depende de tus padres, de tu pareja, de tus amigos, de tu pasado, depende solo de ti.






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lunes, 10 de octubre de 2016

Despertar de la consciencia



La mayor parte de lo que se nos dice sobre el despertar suena como un argumento para vendernos la iluminación. Cuando tratan de vendernos algo, sólo nos cuentan los aspectos positivos, e incluso es posible que nos cuenten cosas que no son verdad. En el intento de vendernos el despertar, se nos refiere que la iluminación tiene que ver con el amor y el éxtasis, la compasión y la unión, y otras experiencias positivas. Suele estar envuelto en historias fantásticas, de modo que llegamos a creer que el despertar tiene que ver con milagros y poderes místicos. Uno de los argumentos de venta más habituales es la descripción de la iluminación como una experiencia de dicha. Consecuentemente, la gente piensa: “Cuando despierte espiritualmente, cuando sienta la unión con Dios, entraré en un estado de éxtasis constante”. Por supuesto, ésta es una comprensión equivocada del despertar.
El despertar puede ir acompañado de dicha, porque la dicha es un subproducto del despertar, pero no es el despertar mismo. Mientras vayamos buscando los subproductos del despertar, perderemos de vista la esencia. Esto es un problema, porque muchas prácticas espirituales intentan reproducir los subproductos del despertar sin lograr el despertar mismo. Podemos aprender ciertas técnicas meditativas —repetir mantras o cantar bhajans, por ejemplo— y se producirán ciertas experiencias positivas. La conciencia humana es extremadamente flexible, y al participar en ciertas prácticas, técnicas y disciplinas espirituales, puede generar muchos de los subproductos del despertar: estados de dicha, apertura, y así sucesivamente. Pero lo que suele ocurrir es que acabas únicamente con ellos, sin el despertar mismo.

viernes, 7 de octubre de 2016

Tu Poder Personal (Parte 2)

Las personas que normalmente piensan demasiado las cosas, que dudan y posponen demasiado si lo que van a hacer es bueno o no, son las que menos aprenden y además pasan por la desgástate emoción de la frustración al no ver sus sueños hechos realidad.
Lo que verdaderamente importa a la hora de tomar Acción no es si la acción es buena o mala, lo que importa es emprender la acción y listo.
"No siempre la acción tiene felicidad, pero no hay felicidad sin acción"
Algo que limita demasiado a la acción y además disminuye nuestro poder personal es el "miedo", miedo al rechazo, al fracaso, a la burla, a la pobreza. La única forma de eliminar el miedo es afrontándolo,
“Haz lo que más temas y evitarás el miedo”.
El fracaso no existe, solo existen los resultados y aprendizaje, además en todo lo que hagas siempre tendrás éxito, si tú piensas que te va ir mal ¡Concedido! te va a ir mal, fíjate en las ocasiones que has tenido éxito, lograste lo que querías porque realmente estabas convencido de que era posible para ti, y cuando no obtuviste lo que querías es porque no estabas convencido de que fuera posible, sin embargo obtuviste un aprendizaje de esa experiencia, en conclusión el fracaso no existe, solo existe el resultado de tu pensar y de tu actuar. Piensa un momento si en tu mente existiera la absoluta certeza de que nunca fracasaras.
¿Que serias capaz de hacer?, imagina por un momento la respuesta.
Confía en tu poder personal, o lo que es lo mismo ¡Actúa!, veras como te transformas inmediatamente.
Recuerda, que el primer paso para lograr tu poder personal es saber que es lo que quieres, luego emprender la acción y como tercer paso será el "Analizar si el resultado que obtienes es realmente lo que estabas buscando". Si es así, ¡Felicidades! Estás haciendo visible lo que en un momento solo eran tus pensamientos, esto fue posible solo a través de tu poder personal. Si no lograste el resultado esperado, pues ¡cambia! modifica y haz cosas diferentes para obtener resultados diferentes, por que “Si siempre haces lo que siempre haces, siempre tendrás los mismos resultados”, checa cada uno de los pasos que hiciste para que veas qué es lo que estás haciendo mal, quizás esto te resulta muy obvio, pero es tan obvio, que regularmente no lo hacemos así.
¿Qué pasa o qué debes hacer si no te funciona lo que haces?, pues muy fácil, hacer otra cosa, y ¿si vuelves a fallar? pues intentar algo diferente, a este tercer paso para elevar nuestro poder personal le podemos llamar "FLEXIBILIDAD", ya que siempre se puede cambiar, siempre podrás empezar de nuevo, no importa tu edad o tu posición económica, ¡Siempre hay una manera, si estás plenamente comprometido a lograr el resultado que tanto deseas!, lo que necesitas es actuar para empezar a ver resultados, estos resultados son al final de cuentas lo que te aportara la valiosísima información de tu progreso. Sin Acción nunca habrá resultados, los resultados nos aportan información valiosísima para nuestro crecimiento. Ponte alerta de tus resultados y ¡haz que suceda lo mejor para ti y para los demás! Tú tienes la fuerza.
Mucha gente quiere tener un cambio en su vida, pero no hace nada para lograrlo, y lo peor del asunto es que aun así quieren ver resultados.
Siempre recuerda, si todos nuestros resultados dependieran solo de leer, escuchar o asistir a cursos, muchos de nosotros tendríamos la vida resuelta, sin embargo lo más importe es tomar ACCIÓN, ésta acción es poder, seguramente el poder que te llevará a lograr lo que tanto deseas.

martes, 12 de enero de 2016

101 ERRORES DEL COACHING (PARTE 1)






YO ERRORES

Realmente el Coaching es un arte, y cualquier arte se aprende solamente con la práctica. Y claro, para practicar tendrás que cometer “errores”. Lo ponemos entre comillas porque estamos convencidos de que no hay “errores”, solo hay feedback – es decir que cada “error” es una indicación de donde puedes mejorar. Cometer “errores” no significa que eres un Coach malo – al contrario, te abre las puertas a la oportunidad de ser mejor. Todos estamos aprendiendo y una parte del aprendizaje es desarrollar la capacidad de admitir y abrazar tus “errores”. Habrá “errores”, es natural, es humano. La clave está en cómo respondes.
Es importante para tu crecimiento como Coach que reconozcas, aceptes y aprendas de tus “errores”. Cometer un error no es el fin del mundo y tu próximo error no será el último.
Al final de este dossier te exponemos “Los 10 errores” más frecuentes” que pueden servir de guía en tu proceso de aprendizaje continuo. Es buena idea repasarte de vez en cuando esta lista después de una sesión de Coaching y hacerte una auto-evaluación.

Recordamos que:
       No hay errores, sólo hay feedback.
       Cometer “errores” te da la oportunidad para mejorar.
       Habrá “errores”, es natural, es humano. La clave está en cómo respondes.




Los 101 Errores...


Error no 1
NO COMPARTIR LAS INTUICIONES SUTILES
La intuición sutil es aquello que percibes y que apenas puedes sentir o ponerlo en palabras.
Es más sutil que una intuición normal que puedas tener.
La mayoría de los Coaches esperan demasiado tiempo en compartir esta sensación porque no quieren equivocarse o desviar al cliente innecesariamente.
Supéralo. Crea con tu cliente la clase de relación en que puedas compartir este tipo de sensaciones.

Error no 2
HACER DEMASIADO RUIDO
Algunos Coaches son demasiado ruidosos, no sólo con la voz o en decibelios, sino emocionalmente necesitados, absorbentes, ansiando que el cliente prospere.
Entran en competición con el cliente por el espacio y la energía durante la sesión de Coaching.
Estos Coaches experimentan frecuentes pérdidas de clientes.
La solución es dejar que el cliente sea como es y disfrutarle como tal y no utilizar al cliente para validar tus propias expectativas.

Error no 3
DAR CONSEJOS DEMASIADO PRONTO
Cuando SABES que tienes el consejo perfecto para tu cliente y sientes la necesidad de interrumpirle y compartirlo, probablemente tu consejo no será escuchado apropiadamente.
Recuerda, los clientes necesitan compartir primero, (ser escuchados) antes de estar abiertos a consejos y soluciones.
Pregúntate a ti mismo: ¿Por qué estoy tan ansioso por dar consejos, sugerencias y soluciones?
Este es un gran problema en los Coaches de hoy en día.

Error no 4
PERSEGUIR AL CLIENTE POR LABERINTOS
El cliente le presenta al Coach una variedad de caminos por dónde empezar a andar.
El truco está en no entrar disparado por el primer sendero que te presente el cliente o por el que tu veas por donde puedes ir.
En vez de intervenir demasiado pronto, espera y escucha más hasta que aparezca un lugar muy poderoso donde hablar.
Sabrás que es lugar correcto, porque el cliente se silenciará y observará contigo, en vez de lanzarte un montón de cosas para mirar.

Error no 5
DIAGNOSTICAR CONDICIONES PSICOLÓGICAS
Los Coaches no son terapeutas. Por lo tanto, el Coach no trabaja con clientes en ciertas áreas llamadas condiciones psicológicas diagnosticables.
Condiciones psicológicas incluyen (entre otras):
·   Drogadicción
·   Depresión
·   Paranoia
·   Esquizofrenia
·   Desordenes de personalidad

Error no 6
TRABAJAR CON EL CLIENTE EQUIVOCADO
No serás bueno con todo tipo de clientes.
No trabajes con clientes que no te gusten, que estén en un plano muy diferente al tuyo, que no te entiendan ni se beneficien de lo que les ofreces o que no estén entusiasmados ni motivados.
No trabajes con clientes que tienen necesidades que se escapan de tu formación, pericia, experiencia o intereses.
Siempre ten a mano otros Coaches a quien poder derivar estos clientes.


Error no 7
INTENTAR HACER COACHING CON UN "INCOACHEABLE"
Algunos clientes simplemente no quieren cambiar su manera de hacer las cosas. Llamamos a estos clientes "inCoacheables" porque el proceso de Coaching incluiría el crecimiento, el desarrollo y la evolución del Ser.
Quizás sean personas que valen mucho, pero simplemente en este momento no están preparadas para el Coaching.
Educa al cliente en cómo ser un buen receptor de Coaching y sé sincero con ellos antes de dejarles ir o referirles a otro profesional.

Error no 8
HACER COACHING DE LA MISMA MANERA CON TODOS LOS CLIENTES
No todos los Coaches son ni necesitan ser camaleones, pero es importante personalizar tu modo de hacer según las necesidades de cada cliente.
Ciertamente, mantendrás tu propio estilo especial, pero utilizarás las herramientas, conceptos, distinciones, estrategias y consejos que más beneficiarán a tu cliente.
Algunos Coach caen en la trampa de "Yo soy así; tómalo o déjalo". Mantén una actitud abierta.

Error no 9
SER RESPONSABLE DEL CLIENTE
Asumo total responsabilidad por la calidad de mi Coaching, pero nunca por el éxito de mi cliente. Eso depende de él.
Algunos clientes quieren/necesitan que guíes sus vidas o resuelvas sus problemas. Protégete.
Por otro lado, no te apartes demasiado, echa una mano, acuerda con el cliente apoyo extra si se enfrenta a un gran reto o problema. Desvíate del proceso para ayudar. Pero hazlo como elección personal no como obligación o tu responsabilidad.

Error no 10
SER LINEAL
Un Coach lineal ve la vida, el crecimiento y el éxito como una progresión lógica de A a B, de B a C, de C a D, etc.
Te das cuenta si eres lineal cuando intentas imponer TU orden a tus clientes o crees que los clientes deben seguir ciertos pasos para alcanzar sus metas.
Esta aproximación al asunto no es muy efectiva en un mundo cada vez más caótico.

Una pista: Para ser más flexible, aprende sobre la Ley de Atracción, la sincronicidad, la sinergía y la serendipia.

viernes, 17 de julio de 2015

Diecisiete


 Preparación y oportunidad; el resto es una anécdota. Y cuando ambas se encuentran, eres del todo invencible. Prepárate a conciencia y espera tu oportunidad. Algunas veces, hay un auténtico overbooking de oportunidades, y todo el asunto está en saber escoger la adecuada. Incluso en algunas ocasiones llegarán disfrazadas de problema. Y como siempre, sin las «instrucciones» para sacarles provecho. Ése es un detalle que de­pende de ti.
Algunas oportunidades son minúsculas pero preciosas, como por ejemplo, ser feliz durante un segundo, recibir una ofensa para poder perdonarla, hacer una nueva amistad, estornudar para que te deseen salud, recibir una sonrisa, dos besos de despedida...
Las hay que llegarán por sí solas, aunque otras deberán ser provocadas. Habrá que hacer que las cosas ocurran, dándoles un empujoncito. Pero si no haces nada para que algo suceda, nada ocurrirá. Y por supuesto, no es honesto echarles las culpas a los demás o a la fatalidad; ello constituye una excusa muy irresponsable.
Las oportunidades, cuando se presentan, exigen que se actúe con rapidez para que no escapen y se evaporen.
Van en un tren que no se detiene y al que hay que subirse en marcha. Las oportunidades no pueden detenerse porque se impacientan y entonces buscan desesperadamente a gente preparada que las reconozca y aproveche.
La oportunidad perfecta no existe y raramente se presenta tal cual la esperabas. Aguardar una ocasión tal y como la imaginas no es realista. Eso puede provocar que una buena oportunidad se pierda por un simple motivo de «maquillaje».
La ocasión nunca es perfecta al principio, pero por fortuna puede llegar a serlo gracias al talento que consigue hacer más con menos.
Presta suficiente atención e identificarás tus oportunidades.
Ningún tiempo como el presente ofreció tantas posibilidades. Por supuesto, sin objetivos no encontrarás ninguna oportunidad que case con ellos y pasarás por alto un sinfín de ocasiones porque no significarán nada para ti.
Las oportunidades buscan personas que vean lo que los demás no ven.
Cuando hablo de preparación no me refiero a nada que pueda aprenderse estudiando, sino a «aprender a aprender» y a utilizar de una vez por todas lo que ya sabes. Lo importante no es saber muchas cosas, sino saber qué hacer con lo aprendido. Quien posee la «actitud» de aprender, prosperará; pero quien aun teniendo «aptitud» no demuestra disposición, nunca progresará.
Cuanto sabes constituye tu equipaje mental; la intuición es tu brújula y los deseos del corazón son tu Estrella Polar. Ya puedes iniciar tu viaje. Pero antes de partir, for­múlate estas preguntas:
¿Adónde me dirijo?
¿Cómo llegaré?
¿Qué me aguardará?
¿Y después?

Y una vez estés allí, disfruta. La mayoría, cuando consigue lo que quiere, no lo valora lo suficiente y muestra indiferencia. Pronto se cansa detenerlo y vuelve a sentirse insatisfecho.
Muchos sueños de ayer son hoy juguetes rotos en un rincón del desván.
Unos se desviven por el cuidado obsesivo de su cuerpo. Otros se mortifican construyendo una carrera profesional brillante. Invierten sus energías en ganarse la aceptación de los demás. Hay quien gasta todas sus energías en hacer que su patrimonio crezca y crezca.
Cambian su tiempo para poseer más piedras y más ladrillos o para acumular más ceros en el saldo de la cuenta bancaria. Y a pesar de todo ello, como tú y como yo, únicamente llevan un vestido a la vez y comen tres veces al día.
Más allá de todo esto, hay quien entra en una nueva era de la conciencia al darles alas a sus deseos del corazón. Cuidan de su alma y elevan la calidad de sus pen­samientos y emociones. Establecen relaciones con alma e invierten energía y tiempo en sí mismos para convertirse en alguien mejor. Son personas que cultivan su «in­teligencia emocional» y están comprometidas con su prosperidad espiritual.
Inteligencia emocional es la capacidad para interactuar con otras personas a través del reconocimiento y respeto de los sentimientos, impulsos, etc. En definitiva, es la capacidad para asumir el equipaje emocional propio y sintonizar con el de los demás.
Hoy, ese concepto se aplica no sólo en las relaciones personales, sino también en las laborales y, en general, a todo. El déficit de esa inteligencia que se establece entre los corazones de las personas se considera como una limitación en las relaciones.
El tan sobrevalorado coeficiente intelectual, como índice que evalúa la inteligencia, ha sido superado por el coeficiente emocional. ¿Por qué? Porque las personas somos, ante todo, seres emotivos -con alma- y precisamos aprender a manejamos con nuestras emociones, así como comprender las de los demás.


jueves, 16 de julio de 2015

Dieciséis



El primer intento a menudo falla. Además, las personas sienten un pánico angustioso a la crítica. Y sobre todo a cometer una equivocación delante de los demás.
Por esa razón, muchísimos primeros intentos ni siquiera llegan a producirse. Los segundos intentos son aún más raros. Y los terceros, casi inexistentes. Suelen olvidar que «a la tercera va la vencida».
Si te conformas, te encoges. La vida se estanca y se detiene o, cuando menos, fluye a trompicones.
A veces piensas que tu momento nunca llegará, pero un día, una hora, un minuto después, por fin todo se resuelve. Resultaría lamentable abandonar la carrera en la línea de meta. Si te detienes antes de llegar, nunca sabrás qué te aguardaba al otro lado. ¡Y sólo por no haber dado unos pasos más!
Cada objetivo tiene su propio calendario. Unos se toman más tiempo y otros menos. Puede tardar, pero aun si llega después de cien intentos, obtienes mucho más de lo que conseguirías si desistieras tras la primera negativa. Muchas victorias deben su éxito al enésimo intento.
Evita tomarte un «no» como algo personal y no te enemistes cuando recibas una negativa. Todo el mundo tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque contravengan tus planes. Incluso si crees que la persona que te dice «no» se equivoca, no te enojes. Tu alma es demasiado grande como para que una palabra tan pequeña te inmovilice.
Y por otra parte, si crees que no, es que no; incluso antes de formular la pregunta. La respuesta está en tu mano.
Existe cierta clase de gente que se encargará de intentar dinamitar cualquier idea ajena con posibilidad de prosperar. Sus censuras y críticas son reflejo de sus propios fracasos. En el fondo, se trata de las mismas personas que aguardan sentadas a la puerta de su casa, esperando un golpe de suerte que nunca llega; algunas de ellas sólo se levantan de sus sillas para desbaratar el esfuerzo del vecino.
A veces, experimentas ciertas pérdidas para pasar a ganar acto seguido. Es cierto: todos perdemos en alguna ocasión y pasamos por ciertos altibajos. Quien se siente abatido porque perdió un amor, está rechazando nuevas oportunidades para amar y ser amado; y lo mismo ocurre con el dinero. Dejas marchar algo para, acto seguido, hacer lugar a lo nuevo.
Sé que estás acostumbrado a retener y a exigir. Sin embargo, es preciso aprender a desaferrarse y a dejarse ir. Eso no significa quedarse sin nada; soltar es liberar pero también es liberarse. A veces, son las cosas las que nos poseen, y no al revés, como pudiera parecer. La vida no está estancada: es un flujo, y eso es lo que la hace interesante.
Me gustaría que vieras las cosas de otro modo. En primer lugar, la experiencia de perder no te empequeñece; te convierte en alguien más grande. En segundo lugar, no resta; sino que suma -e incluso, a veces, multiplica-. Y en tercer lugar, ese paso atrás no te retrasa; en realidad, te da impulso y te catapulta al infinito.
Estés donde estés y ocurra lo que ocurra, estás avanzando.
Seguro que a lo largo de tu existencia debiste hacer frente a las inevitables pérdidas que forman parte de la vida misma. Después, descubriste que tu pérdida dio paso a lo inesperado. ¡Cuántas veces algo nuevo llegó a ti, abriéndose camino por entre tus pérdidas y tus dificultades! Hay una explicación: el Universo está operando, te echa una mano y se pone a trabajar para ti.
Cuando pierdas, no olvides la lección.
Interprétalo así: unas manos vacías se hallan llenas de lo que están a punto de recibir. Si esas manos hubieran estado agarrándose a quién sabe qué, no podrían acoger nada nuevo. En la vida se producen unas cadenas de casualidades que engarzan las pérdidas con las oportunidades.
A veces la ganancia es sutil e inesperada. Es cierto que las pérdidas son inevitables, pero por larga que sea la triste noche, cada día amanece de nuevo.
Y no te consientas convivir con las pérdidas más de lo imprescindible. Una vez has extraído el jugo de su enseñanza, seguir exprimiendo la pérdida no conduce a nada. Lamentarse, tampoco. El patrón del «pobre de mí» es una farsa de conducta que proporciona un rendimiento paupérrimo.
En alguna página de este manual, has leído que la felicidad no tiene nada que ver con lo que ganas o pierdes, sino con tu actitud ante ambas situaciones. La alegría y la tristeza son la liberación de tus representaciones interiores, el modo en como valoras tus experiencias. No se trata de cuánto perdiste, sino de cómo lo valoraste entonces y de cómo lo recuerdas ahora.
Sonríe cuando recuerdes tus pequeños y grandes desastres del pasado. Eso disolverá las «moléculas emocionales» del trauma porque el subconsciente archivará de nuevo el recuerdo, sólo que esta vez le asociará una sonrisa.
Quiero que sepas que ninguna pérdida es en realidad definitiva.

Ya sé que esta afirmación contradice los esquemas que hasta hoy has manejado, pero ahora es el momento de realizar algunos cambios. Si no ¿Por qué empezaste a leer este manual?